miércoles, 24 de agosto de 2011

Los gurús de las dietas.

Me encuentro con relativa frecuencia en las estanterías de multitud de librerías, una auténtica plaga de libros sobre dietas, que si por mí fuera ya solo por sus títulos, yo me atrevería a comprármelos, pero tras echarles una ojeada, me alberga la duda de si toda esa palabrería es cierta o una pura estrategia comercial, que ataca la ansiedad provocada por el vértigo de mi autoestima.

Tras salir de la librería y encaminarme calle abajo, paso tras paso me doy cuenta de la proliferación que hemos sufrido con respecto a unas tiendas-chiringuito regentadas por una especie de dependientes chamanes, que me venden una ristre de productos “nutricionales”, más larga que la lista de los Reyes Godos y delante de sus hipnóticos escaparates una pregunta retumba en mi cabeza: ¿necesito todas estas dietas “milagro” y esos suplementos “pócima”? Espero que las siguientes líneas nos ayuden a dar algunas respuestas.
Diariamente nos bombardean con nuevos métodos de adelgazamiento, nuevas dietas, nuevos suplementos nutricionales, medicamentos, centros dietéticos, profesionales con recetas mágicas con un único objetivo: lograr en un tiempo record el tan deseado objetivo de perder peso.

La cuestión es la siguiente: ¿Qué hacer    para adelgazar comiendo de todo, en las cantidades que queramos y sin esfuerzo? Cada uno tiene su truco, su dieta, su batido, sus galletas o sus píldoras.


El problema es que hablamos de nuestro cuerpo y nuestra salud, que  es casi lo más preciado que tenemos en nuestras vidas. NADA justifica una acción nutricional o dietética si ésta genera un mal a la salud, por muy pequeño que sea.

            Huyamos de métodos que*:

ü  Prometen resultados "rápidos", (Pérdidas superiores a 1,5 Kg semanales son perjudiciales para la salud según la OMS)
ü  Prometen resultados "mágicos", (Dietas que prometen resultados sin esfuerzo, sin controlar la cantidad y sin actividad física. Provocan pérdidas de peso por generar pérdidas de masa muscular y deshidratación).
ü  Prohíben el consumo de un alimento o grupo de alimentos, (Por ejemplo, prohibir la ingesta de hidratos de carbono, de lácteos, el consumo exclusivo de proteínas… generan déficits de nutrientes, acidosis que daña ciertos órganos...)
ü  Contienen listas de alimentos "buenos" o "malos", (Dietas del grupo sanguíneo, etc., Generan ansiedades, falta de acceso a ciertas vitaminas y minerales.)
ü  Exageran la realidad científica de un nutriente, (Dieta de la piña, de la alcachofa, etc. Provocan daños irreversibles a nivel fisiológico, desnutriciones, anemias…)
ü  Aconsejan productos dietéticos a los que se atribuyen propiedades extraordinarias, (Sustituir comida común por preparados a base de polvos, píldoras, barritas... prima la venta a la salud del paciente y son excesivamente caras.)
ü  Incluyen relatos, historias o testimonios para aportar credibilidad, (No se basan en criterios científicos)
ü  Contienen afirmaciones que contradicen a colectivos sanitarios de reputación reconocida. (Dieta DUKAN, Dieta disociada, dieta hiperprotéica… van en contra de las pautas de la OMS).

*Características de las dietas fraudulentas o de los métodos fraudulentos para perder peso según la AEDN.

Y entonces… ¿de quién nos fiamos? ¿Quién nos dice qué método es el correcto? ¿Cómo distinguir al profesional del que intenta lucrarse?

Pues bien, las ciencias de la salud son complejas. Es difícil entender cómo funciona el cuerpo y la química de los alimentos. Pero existen los comités científicos, un conjunto de profesionales que consensuan las líneas de cada uno de los campos que rigen. En el campo de la salud existe uno, a nivel mundial; la OMS (Organización Mundial de la Salud www.who.int/es/), y los nutricionistas debemos seguir las directrices que ellos marcan.

El sobrepeso y la obesidad, en la mayoría de los casos (hablo de más de un 90%), se debe a un desequilibrio entre la cantidad de energía que se ingiere y la cantidad de energía que se gasta (viviendo y haciendo actividad física). Puede ser que comamos más de lo que gastamos o que gastemos menos de lo que comemos, pero al fin y al cabo se trata de termodinámica.

La solución para la pérdida de peso reside en aumenten la actividad física o disminuir la ingesta calórica. Parece fácil pero créame que si lo fuese, profesionales como yo no tendríamos trabajo.

Las pautas para equilibrar el peso son**:

ü  Respetar la pirámide de la alimentación.
ü  Llevar un estilo de vida saludable, con la actividad física como eje.
ü  Y permítanme un consejo; paciencia, mucha paciencia. Porque no se puede pretender perder en dos meses el peso que se ha ganado durante los últimos veinte años. Menos, sin esfuerzo y menos, pretendiendo que no tenga efectos para la salud.


En definitiva lo que la OMS define como “Dieta equilibrada” basada en los alimentos de la dieta mediterránea.

Y si se ponen en manos de alguien para que les ayude, exijan un titulado que se preocupe por su salud, infórmense de quién es y cómo trabaja, pregunten a los colegios o asociaciones de Dietética y Nutrición de su comunidad (en Madrid www.addinma.com), pregunten a la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (www.aedn.es), cuestiónenle a cerca de cómo trabaja y por qué trabaja así; créanme que no se ofenderá, si no que le estará dando la oportunidad de desligarse de un auténtico océano de alquimistas, magos y gurús de la nutrición.

Daniel Escaño Martín.
Diplomado en Nutrición Humana y Dietética.
Especialista en Alto Rendimiento Deportivo.
www.nutricionde.es

sábado, 30 de julio de 2011

Por solo 99,99€

 
En los últimos años se han hecho muy populares entre los anuncios de tele tienda, unos artículos de estética  futurista y elegante, dotados de dones sobrenaturales. Uno de estos es su poder para adelgazar. Estoy hablando de las plataformas vibratorias, esos aparatos que con solo subirte, como por arte de magia, ¡puf! hacen desaparecer esos kilitos de más. Tintados de la retórica de sus presentadores de dudoso prestigio social y apoyado en no sé qué  estudio pseudo científico del instituto o la universidad de “telemagia”, nos ofrecen fabulosos trucos de prestidigitación.

 En mi opinión lo que se deberían sacar de esa chistera televisiva es una pizca de honestidad y explicar qué efectos reales tienen estos productos y qué personas pueden beneficiarse de los mismos. Parafraseando uno de los libros de Lorenzo Silva que dice: “la ignorancia junto a la indiferencia es la madre de casi todas las injusticias. Reducirlas no es sólo una empresa pedagógica, sino un acto de higiene moral”. Estoy seguro que las siguientes líneas nos arrojaran algo de luz sobre estos productos y un criterio a la hora de lanzarnos a su compra.

Antes de nada quiero agradecer a mi compañero y amigo la invitación a “estrenar” este blog. Esta gran iniciativa conlleva detrás de sí un gran trasfondo, tratando de haciendo que el conocimiento, llegue a todos los públicos

En este primer paso nos gustaría contar la verdad, y nada más que la verdad sobre las plataformas vibratorias (técnicamente llamado Entrenamiento Neuromuscular).

Este “novedoso” método de entrenamiento nació en los años 60 en el mundo de la fisioterapia con el objetivo de aumentar el riego sanguíneo de zonas localizadas que luego serían tratadas (parecidos a las lámparas de infrarrojos, esas bombillas rojas que dan calor y preparan la zona para el tratamiento).

En primer lugar deseo  resolver las dudas sobre los dos tipos de plataformas: verticales y oscilantes. Las verticales (convencionales) suben y bajan de forma perpendicular al suelo, mientras que las oscilantes oscilan de lado a lado sobre un eje en el centro de la plataforma. No pretendo decir maravillas sobre una y “tirar pestes” sobre otra, pero lo que sí es verdad es que sobre las plataformas verticales hay mucha más investigación y que las oscilantes aún tienen que ser más estudiadas (dosis, frecuencias óptimas, etc).

Respecto a las diferencias entre plataformas… ¿por qué unas cuestan 10.000€ y otras 300€? La verdad es que las marcas punteras, por ejemplo Powerplate, invierten mucho dinero en analizar las plataformas de la competencia y principalmente la diferencia está en los componentes. En el caso de estas plataformas, los componentes son esenciales para que los parámetros que uno planifica en la maquina (por ejemplo 35 Hzs, 60 segundos, 4mm de amplitud) sean luego los mismos parámetros que los que le llegan a mi cuerpo. En las plataformas más baratas los componentes absorben parte de las vibraciones y realmente no sabemos a qué intensidad estamos entrenando.

Con las plataformas de vibraciones se pueden encontrar beneficios en los siguientes aspectos:

·         Fuerza: Se mejoran los niveles de fuerza, sobre todo en los miembros inferiores, aplicables a progresos en la velocidad, salto, etc. En definitiva aumenta  la potencia en las piernas.

·         Osteogénico: A día de hoy, este es el único método de entrenamiento que ha demostrado aumentos en la densidad mineral ósea (aunque luego por precaución, “o por no meterse en problemas” los fabricantes desaconsejen este material para las mujeres con osteoporosis en estado avanzado).

·         Propioceptivo: Las articulaciones tienen unos mecanismos para detectar cómo se encuentra la posición de la misma (sin tener que mirar tu codo ahora mismo sabes aproximadamente si esta flexionado o extendido). Con las plataformas de vibraciones se puede mejorar. Esto nos ayuda a prevenir lesiones.

·         Postura: Somos capaces de mejoras posturales, debido a que trabajan los multífidos (unos músculos pequeños que van de una vértebra a otra) y que debido a nuestras maravillosas sillas de despacho, sofás con chaise-longue y nuestra perfecta postura al caminar tenemos atrofiados.

·         Analgésico: Se han demostrado mejorías en la percepción del dolor en pacientes con fibromialgia y en dolor muscular tardío (vamos, agujetas).

·         Flexibilidad: Se ha demostrado en distintos tipos de personas (desde gimnastas hasta sedentarios) un aumento de su rango de movimiento en algunas articulaciones.

Está claro, que la plataforma funciona, pero no pensemos que sirve para todo, no es “la panacea” del entrenamiento. En este mundo hay que ser consciente de que NADA es “lo mejor” y cada vez que sacamos alguna novedad, tiramos por tierra lo anterior. El problema viene cuando queremos VENDER más y más plataformas.
Sobre todo quiero desmitificar tres aspectos:

1.       Las plataformas de vibraciones NO TE HACEN PERDER PESO. Tan solo algunos estudios han demostrado un cambio hormonal (en la hormona de crecimiento) que ayudaría a quemar más calorías si después hiciéramos un trabajo cardiovascular. Pero repito por sí solo, un trabajo exclusivo de plataforma de vibraciones no te hace perder peso debido a que no hay una demanda energética (seamos simplistas, pero prácticos, si no suben las pulsaciones, no quemamos calorías)

2.       En cuantos anuncios puedes leer; “10 minutos de trabajo con plataformas equivalen a 1h y 30 min de entrenamiento convencional”. Señores… nadie da duros a pesetas y esto no sabemos de dónde se lo han sacado los responsables de marketing de ciertas marcas. Lo que es cierto es que tus músculos se contraen cada vez que la plataforma sube y baja (por lo general de 30 a 50 veces por segundo) quizá solo si contamos el número de veces que el musculo se contrae (de forma refleja, es decir involuntaria) y lo comparamos con ciertos métodos de entrenamiento procedentes del culturismo… pueden medio-coincidir con algún entrenamiento de pesas, pero como dice un famoso ilusionista español, “todo parecido con la realidad es producto de su imaginación”. En esta materia no solo vale con contar repeticiones, hay que tener en cuenta la carga, numero de series, velocidad de ejecución, descanso entre series…etc.

3.       Debería estar prohibido, al igual que conducir a 120 km/h hacer abdominales sobre la plataforma de vibraciones. El secreto de este método es que los músculos que estén cerca de la plataforma absorban la aceleración a la que nos somete. En posición sentado con el coxis apoyado en la plataforma, ningún grupo muscular es capaz de absorber la vibración y esta se desplaza por la comuna llegando a la cabeza produciendo una sensación incómoda. Aunque parezca algo obvio quiero remarcar que es mentira que un ejercicio es más eficaz, si es más doloroso.

Llegando al final, quiero hablar sobre quién debe y no debe usar las plataformas vibratorias. En principio el equipamiento está enfocado a todos los públicos, pero la misma máquina informa de contraindicaciones (y dando poca información sobre ellas)  que a continuación os detallo:

Absolutas:
·   Personas con enfermedad aguda o proceso inflamatorio
·   Personas con marcapasos.
·   Personas con trombosis aguda, infarto cerebral, ictus.
·   Heridas no cicatrizadas o intervención quirúrgica durante los últimos 6 meses.
·   Mujeres embarazadas.
·   Personas epilépticas.
·   Fases avanzadas de osteoporosis.
·   Jóvenes cuya maduración ósea no se haya completado.

Relativas:
·   Migrañas.
·   Hernia aguda (con dolor), discopatía, espondilosis.
·   Enfermedad cardiovascular.
·   Llevar DIU, clavos, tornillos o placas colocados recientemente (4 meses).
·   Piedras en la vesícula o riñón.
·   Prótesis de articulaciones sintéticas (cadera y rodilla) en el último año
He de reconocer que me gusta entrenar con las plataformas de vibraciones, pero también con peso libre, con máquinas,  con mi peso corporal,  con gomas,  en suspensión, etc.

          Te recomiendo que te dejes aconsejar por los profesionales de esto, pero que nadie te engañe, es un elemento más. Úsala con cabeza.

¡Haz que tu tiempo de entrenamiento sea divertido!

David Noguera
Licenciado en CC de la Actividad física y del deporte
ccafyd@hotmail.com